Las estructuras que soportan los turbinas para
el aprovechamiento de la energía de las corrientes marinas (TCM) juegan un papel crucial. Estas estructuras deben
de soportar las duras condiciones de funcionamiento, tales como elevadas velocidades de las corrientes marinas, las condiciones climatológicas adversas o el propio
peso del equipamiento. Hay cuatro estructuras básicas.
Estructura de gravedad: se compone
principalmente de una gran base de acero o hormigón y una columna de acero. Emplea su
propio peso para evitar el vuelque. Suele ser necesaria la preparación previa
del fondo marino para su instalación. La estructura de gravedad tiene las ventajas relativas a su producción, el transporte y la instalación,
no obstante es susceptible a problemas con el material.
Monopilote: este tipo estructura consta
de una viga de acero hueca de gran diámetro. Se pilota de 20 a 30 m en el lecho
marino si las condiciones del lecho marino son suaves o se usara perforación
previa, si la roca es más dura. La principal ventaja de este tipo de estructura
es que no se necesita ninguna preparación previa del fondo marino.
Flotante: tipo de estructura compuesta
por el dispositivo fijado a una embarcación flotante. Está se encuentra amarrada al fondo
del mar mediante cadenas, cables o cuerdas sintética. Se trata de una solución
ideal para el despliegue de dispositivos en condiciones de aguas profundas.
Trípode: sistema situado en el fondo marino, mediante el uso de pilotes de acero en cada una de las tres esquinas de la base de la estructura.
Los tres pilares son insertados entre 10 y 20 m en el fondo del mar, según las condiciones de este. La reducción de cargas estructurales y la posible disminución en la corrosión (menor diámetro de los pilotes) son sus principales ventajas.
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