sábado, 20 de febrero de 2016

Energía de las olas



La energía proveniente de las olas oceánicas es la forma de energía marina más renombrada, posiblemente por los efectos destructivos que esta genera. Las olas son producidas por la acción directa del viento, aunque indirectamente también se deben a la energía  del sol.

La posibilidad de aprovechar esta energía ha inspirado a gran cantidad de inventores a lo largo de los siglos; los cuales han creado miles de artilugios para su uso, aunque sin mucho resultado. La primera invención fue realizada en Francia por los Girard (padre e hijo) en 1799.

La tecnología que hoy en día se encuentra en los mares  y océanos del mundo comenzó a gestarse en 1940 en Japón, con Yoshio Masuda, al que podríamos considerar el padre de los  convertidores de olas actuales, ya que creo la primera OWC (convertidor de columna de agua oscilante). A partir de ese momento comenzaron a comercializarse en Japón y EEUU este tipo de generadores que se caracterizan  por usar una turbina como elemento para la extracción de energía.

La crisis del petróleo de 1973 genero un nuevo escenario en el mundo de la renovables, incrementando el interés por la energía que se extrae de las olas. En 1974 un artículo publicado por Stephen Salter (Universidad de Edimburgo) en la prestigiosa revista Nature hizo que toda la comunidad científica pusiese sus ojos en la energía de las olas. El año siguiente el gobierno ingles realizaría la primera conferencia del sector en Canterbury, sucediendose en Heathrow dos años después, al mismo tiempo se realizan una serie de symposiums internacionales en diferentes países. 

Ya en 1985, se crean dos prototipos a escala real de (350KW y 500KW)en la costa de Bergen (Noruega); siendo a partir de ese momento cuando la actividad de investigación de este tipo de convertidores se traslada al nivel académico dejando las aplicaciones comerciales en un periodo de inactividad. Es en ese campo de la investigación académica, donde se dio solución a los problemas hidrodinámicos de radiación y difracción que presentaban estos equipos.

Después de 1991, la situación da un vuelco a raíz de la inclusión por parte de la comisión Europea de la energía de las olas dentro del programa de I+D de las energías renovables. Es entonces cuando se inician diversos proyectos de investigación, a la par que se difunden los avances en diversas conferencia anuales, se crea una agencia internacional y se incorporan  al interés general países como EEUU  y Canadá.




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