miércoles, 24 de mayo de 2017

Algas: fuente de energía renovable marina


Las algas marinas son fuentes potenciales de energía renovable marina (ERM). La biomasa marina puede ser fermentada para producir biometano y/o biohidrógeno.

El concepto de economía circular vinculado al uso energético de las algas incluye: el uso de ERM para impulsar instalaciones de acuicultura en alta mar; El uso de algas marinas adyacentes a las instalaciones piscícolas para reducir la eutrofización; La cosecha de algas al "madurar" al final de la temporada de verano; El ensilaje de algas marinas como provisión de materia prima durante todo el año para su uso en un biodigestor; La reacción del hidrógeno generado como excedente en el biodigestor, lo que resulta en la mejora en el paso de los biogases a biometano, casi duplicando la producción de metano; Y la inyección al sistema de gas para el uso como gas verde. En esencia, el gas verde se convierte en el producto energético final para la distribución tanto de la ERM como de la bioenergía de las algas marinas. Así esa energía generada puede ser posteriormente distribuida como energía renovable térmica, energía renovable para vehículos de gas natural y electricidad.

Además, el uso de algas marinas ofrece una solución a la controversia que rodea la producción sostenible de biodiesel y bioetanol a partir de biomasa producida en tierra, donde hay una enorme competencia entre productores de alimentos, combustibles y otros usos del suelo. Las algas marinas tienen tasas de crecimiento muy rápido, actúan como depósitos de energía y pueden captar el carbono. Por tanto, es necesario avanzar en la investigación y el desarrollo para establecer la producción a escala industrial de biocombustibles de algas.

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