La energía proveniente de las olas oceánicas es
la forma de energía marina más renombrada, posiblemente por los efectos
destructivos que esta genera. Las olas son producidas por la acción directa del
viento, aunque indirectamente también se deben a la energía del sol.
La posibilidad de aprovechar esta energía ha
inspirado a gran cantidad de inventores a lo largo de los siglos; los cuales
han creado miles de artilugios para su uso, aunque sin mucho resultado. La
primera invención fue realizada en Francia por los Girard (padre e hijo) en
1799.
La tecnología que hoy en día se encuentra en los
mares y océanos del mundo comenzó a
gestarse en 1940 en Japón, con Yoshio Masuda, al que podríamos considerar el
padre de los convertidores de olas
actuales, ya que creo la primera OWC (convertidor de columna de agua oscilante).
A partir de ese momento comenzaron a comercializarse en Japón y EEUU este tipo
de generadores que se caracterizan por
usar una turbina como elemento para la extracción de energía.
La crisis del petróleo de 1973 genero un nuevo
escenario en el mundo de la renovables, incrementando el interés por la energía
que se extrae de las olas. En 1974 un artículo publicado por Stephen Salter
(Universidad de Edimburgo) en la prestigiosa revista Nature hizo que toda la
comunidad científica pusiese sus ojos en la energía de las olas. El año
siguiente el gobierno ingles realizaría la primera conferencia del sector en
Canterbury, sucediendose en Heathrow dos años después, al mismo tiempo se realizan
una serie de symposiums internacionales en diferentes países.
Ya en 1985, se crean dos prototipos a escala
real de (350KW y 500KW)en la costa de Bergen (Noruega); siendo a partir de ese
momento cuando la actividad de investigación de este tipo de convertidores se
traslada al nivel académico dejando las aplicaciones comerciales en un periodo
de inactividad. Es en ese campo de la investigación académica, donde se dio
solución a los problemas hidrodinámicos de radiación y difracción que presentaban
estos equipos.
Después de 1991, la situación da un vuelco a
raíz de la inclusión por parte de la comisión Europea de la energía de las olas
dentro del programa de I+D de las energías renovables. Es entonces cuando se
inician diversos proyectos de investigación, a la par que se difunden los
avances en diversas conferencia anuales, se crea una agencia internacional y se
incorporan al interés general países
como EEUU y Canadá.
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